Un apasionado político o un político apasionado: cualquiera de estas dos miradas, junto a otras, servirían para describir a Alberto Juan Lettieri, “Beto” como todos lo conocimos.
Siempre dispuesto a dar una mano, se volcó con todas sus fuerzas y experiencia al sector cooperativo e impuso un nuevo modo de gestionar actividades y servicios en CLYFEMA. Propició una Cooperativa de puertas abiertas, con oídos para toda la comunidad y con una permanente predisposición a darle soluciones a la gente, sobre todo a los más necesitados.
Con una activa e incansable participación en el sector de la economía social, logró la creación de FEDETUR, constituyendo así la primera Federación en el país que agrupa dos entidades solidarias: Cooperativas y Mutuales.
Tanto en nuestra CLYFEMA, como en FEDETUR, y en cada una de las instituciones u organizaciones de las que formó parte, dejó marcado su sello que tenían al diálogo y al consenso como los pilares de sus acciones.
Quienes tuvimos la suerte de compartir unos mates o un café con Beto fuimos testigos del infinito amor que tenía por su hija Lourdes: “mi nena”, como solía decir con un tono de voz colmado de ternura.
Nos dejó muchas enseñanzas. Partiendo de la solidaridad y el desprendimiento ante la necesidad y la urgencia, Beto tenía una capacidad política innata en todo su actuar cotidiano, que lo denotaba en la relación con los consejeros de la Cooperativa, los socios, los trabajadores, los empresarios, los funcionarios municipales, provinciales, nacionales…
Nos legó su profundo sentir y defensa del cooperativismo, de las cooperativas, de sus Principios y Valores.
El 13 de mayo no será un día más a partir de ahora, será recordado como el día en que Beto armó la última reunión de la que él participaría y allí estuvieron: su hija, su esposa, sus amigos, sus vecinos, dirigentes y funcionarios municipales, nacionales y provinciales; compañeros de militancia, empleados de su CLYFEMA, todos los que lo conocieron.
Una vez más nos acercaba una nueva enseñanza: que con el silencio también es posible lograr acuerdos y consenso y sin mediar palabra alguna, hizo que todos tuviéramos un nudo en la garganta.
Haremos lo imposible por recordar tu prédica y seguir tus ejemplos. Y estarás para siempre en la memoria y el corazón de todos nosotros.
Quienes estuvieron para despedirte físicamente, sólo pueden decirte: MUCHAS GRACIAS POR TODO, BETO.